Los últimos compases de Los Pekenikes, plasmados en sus dos obras bajo el sello de Movieplay, nos invitan a un viaje melódico que, aunque no alcanza las cumbres de sus predecesores, conserva destellos de su esencia innovadora. Estos álbumes, lejos de ser meras sombras de sus glorias pasadas, se presentan como un reflejo introspectivo, un grupo que se contempla en el espejo de su legado sonoro.
En este peregrinaje musical, nos topamos con joyas como “El bufón” y “Tía Úrsula”, melodías que nos susurran al oído la madurez de una banda que ha sabido envejecer con dignidad. Les siguen “Sinfonía del cuco” y “Cielo rojo sobre el Golán”, que irrumpen como un eco lejano de las raíces rockeras del grupo, recordándonos que aún palpita el corazón rebelde que los caracterizó.
Aunque por momentos el álbum pueda parecer complaciente, es en “Kheops” donde Los Pekenikes nos demuestran que su exploración sonora no tiene fronteras. Los teclados nos transportan a la vanguardia musical que se gestaba en la Alemania de aquellos años, un guiño a los experimentos que definirían una era.
Los Pekenikes, en estos últimos trabajos, no solo rinden homenaje a su trayectoria, sino que también ofrecen sorpresas que cautivarán a aquellos que solo han danzado al ritmo de su etapa sesentera. Aunque no sea el pináculo de su discografía, estos álbumes son testimonio de una banda que sigue vibrando con la música, y que, sin duda, merecen ser descubiertos y apreciados en su justa medida.
CARA A
CARA B
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