Un long play que llega al mercado en el momento más dulce para el cantante, que en esos momentos está a punto de colocar su segundo número 1 consecutivo en la lista de ventas de sencillos. Esto propició unas ventas, que luego ya no repetería con otros álbumes seguramente más currados que éste.
Contenido ciertamente con solo nueve canciones que a duras penas superan la media hora de duración. Lo mejor del disco ya lo conocíamos, las cuatro canciones que habían conformado sus dos exitosos singles. Del resto, poco hay que reseñar. Una tanda de baladas compuestas por Rafael Pérez Botija, que había hecho sus primeras armas musicales en La Compañía. Un compositor de buen oficio, pero con escasa variedad temática en lo melódico y rítmico.
[CARA A]
[CARA B]
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