martes, 2 de julio de 2024

Colección Grupos Españoles Vol. 17 [CD PopMusic]

Los Ébora: Eran de Talavera y grabaron un único EP en el 66. Posteriormente en los 80 se reunieron y grabaron una serie de canciones que junto con el EP publicó el sello Cocodrilo Records.

Conjunto 007 y Billie y Los 007: No se sabe si fueron el mismo grupo el que grabó estos dos EP’s el segundo con solista femenina. Su estilo era una mezcla de soul y R&B muy bien hecho. En cualquiera de los casos a día de hoy causa una buena impresión su escucha y es una lástima que no se prodigaran en el estudio.

Los Cuernos: Se desconoce si grabaron algún disco más que el aquí incluido de 1967 que incluye unas más que correctas versiones de éxitos internacionales mezclando soul y pop.

Los Banzos: Fundados en 1966, realmente provenían de una serie de bandas que les remontan hasta 1961. Su penúltima reencarnación fue como Los Hagstrom (nombre de un modelo de guitarra), y bajo ese nombre es donde toman forma: adquieren experiencia en vivo tocando durante un año en Ibiza -ya entonces parada de hippies de todo el mundo- y, consecuencia de ello, un mayor nivel técnico. Así, graban una serie de maquetas que mandan a diversas discográficas y les suena la flauta con Polydor que, eso sí, les obliga a cambiar de nombre por uno en español. Es así como formalmente nacen Los Banzos. Aunque un banzo es un travesaño, al parecer el nombre proviene de una broma surgida en la búsqueda de su nueva denominación.

En sus diversas etapas el combo había tenido numerosos cambios de formación. Para los Banzos, la cosa queda así: Arturo Goicoechea (guitarra, órgano, saxofón, voz), Manuel Ángel Cortés (guitarra baja), Enrique Insuela (guitarra), Alberto Cacho (batería) y Julián Serrano 'CURRO' (voz). Merece la pena destacar a Arturo, autor de algunos de sus destacados arreglos así como de varias canciones, y que como vemos desempeñó múltiples tareas instrumentales gracias a su sólida formación musical, y a Curro Serrano, poseedor de una viril voz que en un principio parece quedar fuera de los parámetros del estilo cultivado y que, sin embargo, adapta perfectamente a las canciones y les dota de cierta singularidad.

En un plazo inferior a un año, los Banzos editaron tres sencillos. Los dos primeros fueron producidos por Alfonso Sainz, uno de los fundadores de Los Pekenikes, y el último por Arturo Goicoechea. Con ello, se convirtieron, junto a Los Mismos, en la primera banda pucelana en publicar un disco. Aunque sus ventas eran modestas, sí eran decentes y progresivas, y hasta actúan en televisión -enorme trampolín-; sin embargo, el grupo desaparece por centrarse sus miembros en sus estudios y todos ellos dejan el mundo de la música de forma prácticamente fulminante.

Hoy día Los Banzos carecen del reconocimiento de otros de sus contemporáneos, pero desarrollaron un estilo, el pop barroco, poco cultivado en aquella España. Su breve legado merece ser revisitado. Y eso hacemos aquí.

Los Polares: fueron una de las escasas bandas barcelonesas de la década de los años 60 que, al igual que Los Salvajes, Los Atilas o Los Stop, los mallorquines The Runaways, o los valencianos Los Huracanes, tuvieron la oportunidad de realizar unas prolongadas giras por la República Federal de Alemania.

El nacimiento del grupo, como quinteto, acaeció entre finales de 1964 y comienzos de 1965 en Masnou, localidad próxima a Barcelona, la ciudad donde dieron sus primeros pasos como formación musical. En el verano de 1965, Los Polares se desplazan a la Costa Brava, a Malgrat de Mar, localidad gerundense en la que son contratados para actuar en un hotel-restaurante, llamado «Sabina». En algunas ocasiones, también, ejercían de sustitutos provisionales de Los Salvajes, que tenían su residencia veraniega en un local nocturno próximo, denominado «Los Flamencos».
Los dueños alemanes del «Hotel-Restaurante Sabina», tendrán una capital importancia en el devenir de la trayectoria musical de Los Polares, ya que una vez acabada la temporada estival, la pareja germana propone a la banda, bajo su protección, que se desplacen a la República Federal de Alemania, con la intención de que se pulan musicalmente, y se empapen con las nuevas modas, vigentes en Europa, intentando repetir la aventurera experiencia de Los Salvajes. Los componentes del grupo deciden dar un paso al frente, muy arriesgado por aquel entonces, y hacerse profesionales de la música. Para lograr alcanzar ese difícil reto, la puesta en escena de su andadura musical profesional como conjunto, habrá de hacerse, necesariamente, desplazándose a Alemania.

A lo largo de la estancia de Los Polares en tierras germanas, tuvieron la fortuna de poder curtirse en el circuito de clubes teutones, que por aquel entonces, estaban a la vanguardia mundial del Rock. Este fue, sin lugar a dudas, un buen lugar de aprendizaje, y a la vez, para el estreno profesional de los primeros compases del grupo. Llegaron a actuar durante una semana en el mítico «Star Club» de Hamburgo, y en otros locales similares. En tierras alemanas dejaron grabados algunos discos (inencontrables a día de hoy), dos singles/EP’s, que se titularon: “Disc Polares show band” y “Folk beat” (el segundo disco incluía instrumentos extraños en las canciones de Rock, como eran un arpa y un chelo).

A su vuelta, ya en el año 1966 con su amplio bagaje estilístico, traído como equipaje de su estancia en Alemania, firman un contrato discográfico que les unió con el sello Sonoplay. Esta compañía, que más tarde se convertiría en Movieplay, estaba radicada en Madrid. Por aquel entonces, en 1966, bajo la dirección artística del argentino -afincado en la España de los sesenta-, Adolfo Waitzman, tenía un catálogo netamente «mod»: The End, Glynt Johns, The Mode, Canarios y Pop-Tops. Tras la firma, Los Polares no tardaron en entrar en el estudio de grabación, para dejar registradas sus únicas 4 canciones, en España en el EP “¡Qué chica tan formal!”. Aunque fue grabado en el mes de Septiembre de 1966, tendría que esperar hasta finales de ese mismo año, en Diciembre, para ver cómo finalmente era publicado, para el mercado nacional.

Durante sus años de máximo esplendor, 1966 y 1967, la banda apareció constantemente en la prensa musical de la époa. En especial, en la revista de la Editorial Bruguera, «Fans». Debido a que su redacción se localizaba en Barcelona, sus páginas acogían con una mayor frecuencia a grupos catalanes, sobre todo, de la propia Ciudad Condal. La filosofía «filo-mod» de esta publicación, propició que se dedicaran abundantes artículos, noticias y reseñas a grupos pertenecientes a la escena del «Rock de garaje» barcelonés, de los años sesenta, como eran Los Cheyenes, Los Salvajes, Los No, Los Go-Gó, los ingleses The Mode y The End, o los propios Los Polares, que salieron en repetidas ocasiones en la revista.

A partir de 1968, se les pierde la pista, desconocemos la fecha exacta de su disgregación final, dejando atrás poco más de tres años de una corta, pero a la vez intensa, vida musical. El batería de Los Polares, Alberto López, se integró en el grupo de acompañamiento de Tony Ronald, sus habituales T. R. Selección, con los que participó en la grabación de un disco editado por Tony Ronald, el E.P. “Risas y luz”. Pasado el tiempo, Alberto López también sería músico de la banda de Georgie Dann. Después, llegaría a formar parte de Época y de Santabárbara.

LOS EBORA - CONJUNTO 007 - GUILLE Y LOS 007

LOS CUERVOS - LOS BANZOS - LOS POLARES


4 comentarios :

  1. Excelente... la historia de Los Polares, no la conocía, ni conocía a Los Banzos... saludos

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  2. Respuestas
    1. Hola Livan. Este blog no es de descargas. Proporcióname un correo y te indicaré donde puedes descargarlo. Saludos!!

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