En Nido de Águilas, José Luis Perales nos invita a desplegar las alas y elevarnos sobre paisajes sonoros donde la balada romántica sigue siendo la brújula de su vuelo creativo. Con su inconfundible voz, el cantautor español nos entrega un puñado de historias tejidas con melancolía, ternura y una sensibilidad que solo él sabe plasmar en cada nota.
El disco abre con Te Quiero, una de esas canciones que no envejecen, con una letra sencilla pero cargada de sentimiento, perfecta para declaraciones de amor eternas. A partir de ahí, el álbum nos lleva por caminos de soledad (Muchacho Solitario), identidad (No Soy Uno Más), despedidas dolidas (Balada Para Una Despedida) y sueños juveniles (Pequeño Superman), con arreglos que respetan el clasicismo de Perales, pero con un sonido que, para la época, mantenía frescura y cercanía.
Canciones como Veinte Años o Ella y Él destacan por su lirismo, mientras que Por Ti y Mi Soledad son postales de un amor vivido con intensidad y heridas abiertas. No Sé, No Sé aporta un toque de duda existencial, y el cierre con Es La Verdad deja en el aire esa reflexión honesta y sencilla que caracteriza la obra de Perales.
Si bien Nido de Águilas no fue uno de sus discos más mediáticos, es una joya para los seguidores de su música. Es un refugio en las alturas, un rincón donde las emociones encuentran un nido seguro entre melodías entrañables.
[PARTE 1ª]
[PARTE 1ª]

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