Hola, joven carroza. Ya has comprado el disco y vas a empezar a
escuchar. Naturalmente vas a seguir el orden en que se ha grabado el
disco. Y te vale. Vas recordando tu historia, aquel colegio de curas,
aquellas niñas de uniforme, la tienda de al lado de casa...
¿Te has dado cuenta de que si ordenas todos los títulos de este álbum a
tu gusto te sale tu vida casi sin darte cuenta? Haz la prueba. Si me
dejas, te voy a poner un ejemplo. Estamos a caballo entre los cincuenta y
los sesenta. Sales con una pandilla, vais al cine y a veces montáis un
guateque en casa de Laura, que es la que tiene los padres menos rollo.
Pronto te fijas en la chica y ya tienes media novia. Pero en el fondo,
la que te gusta a ti es la Sylvie Vartan, que sale en todas las revistas
y sobre todo en "Salut les copains". Y cuando te dice "si yo canto es
para ti..." te lo acabas creyendo. Pero no. Es sólo una canción, porque
para quien canta de verdad es para el Johnny Hallyday que es franchute
como ella y que farda mucho cantando. Seguramente entonces haces tuya la
letra del "No soy digno de ti" pero te compras tu primera guitarra y
montas un grupito para cantar en Enlace, en el Price o en el Alcalá.
Imitas a Hank Marvin o a Duanne Eddy porque tú quieres ser el hombre de
la guitarra.
Y de pronto un día te das cuenta de que aquella media novia empieza a
fijarse en otro y que cuando quieres verla te rehuye y cuando la llamas
por teléfono está siempre comunicando. Y hablas con tus amigos y les
pides que le digan a Laura que la quieres. Y se hunde ese mundo que
habías empezado a soñar.
Claro que las cosas no siguen así. Un clavo saca otro clavo decía Jenny
Luna y tú te sabes buscar otra novia. Como ves ya hemos ligado ocho de
las canciones de este disco. Luego puedes acabar como quieras. Puedes
ser el novio amante que sigue a esa blanca y radiante novia o el que
está en el último banco viendo como ella se casa con otro. Y entonces te
vas a un club y te bailas el pepperone, porque de otra forma ya me
dirás como podíamos meter esta canción en nuestra historia.
Y tú me dirás: ¿y qué pinto yo en esta historia si nunca tuve una novia
que se llamara Laura, ni soy capaz de tocar un acorde a la guitarra y a
mí quien me iba no era la Sylvie, sino la Kim Novak de "Pic-Nic"? Pues
es igual. Cambia el orden de las canciones, ponlo a tu gusto, no uses
las que no te vayan y empieza a recordar. Pero no mientras lees esto,
sino mientras escuchas las canciones.
Déjate llevar por tu memoria. Y verás como encuentras tu propio argumento.
Fuente: Contraportada de el disco
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