La distinción de Bruno Lomas fue lo enorme de su grupo de acompañamiento, los estupendos Rockeros. Capitaneados por el excelente guitarrista y compositor Joaquín M. “Cuco” Villanueva, y con Sento Bug, Pascual “Pipo” Cortés y Lucho Segarra (sustituido luego por el ex Rangers Gali Marcos), todos de la primera y mítica formación, empezaron como cualquier otro grupo instrumental nacional o europeo de esos años, imitando a los Shadows y reverenciando a Hank Marvin como el gran boss de la guitarra eléctrica. Con Bruno, desde la aventura gala hasta su separación en el 66, y en las estupendas grabaciones en solitario que comenzaron a editar al mismo tiempo que aparecían las del jefe, el grupo comenzó a mostrar atractivos atisbos de sonido propio que rezumaban aires mediterráneos y enérgica personalidad propia, lo que unido a la enorme sincronización con el cantante llegó a crear una de las asociaciones musicales españolas más productivas de la década prodigiosa.
[CARA A]
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