martes, 18 de febrero de 2020

Lorenzo Santamaría - Quise Ser Una Estrella De Rock And Roll [LP Odeón] (1978)




Lorenzo Santamaría [Clic]

Con el dibujo de un jukebox Wurlitzer en la contraportada y con la mayor parte de las canciones cantadas en inglés, Lorenzo Santamaría se marca este disco atípico dentro de su carrera y absolutamente deseado en lo personal. Un LP enterito dedicado a su viejo y querido rock and roll. En él va a reencontrarse con muchos de los músicos que le han acompañado en su larga carrera. Su arreglista habitual Alfredo Domenech va a dirigir las operaciones y entre los músicos invitados dos de sus viejos camaradas de Los Z-66. El cantante va a implicarse a tope en la producción y va a componer tres temas, entre ellos el que presta título a todo el álbum.

La primera cara es un único tema en directo en el que van enlazándose clásicos del estilo cantados en inglés y con arreglos corales e instrumentales premeditadamente arcaicos. El “Perro de caza”, el “Teddy bear” y el “Jaihouse rock" de Elvis se dan la mano con el “Roll over Beethoven” de Chuck Berry y el “Rock alrededor del reloj” de Bill Haley para empalmar con “Tutti Frutti” y “Shake rattle and roll” de Little Richard. Diez temas que forman una fiesta rockera de un cuarto de hora de duración. Seguramente se lo pasarían pipa ensayándolo y grabándolo, pero salvo sacarse una espina largamente incrustada, la catarsis no pasa de mediana en sus resultados auditivos.

En la cara B, Lorenzo y sus huestes se meten en el estudio para grabar tres temas propios y uno de los Beatles. “Quise ser una estrella del rock and roll” es un guiño al hard rock en plan abuelito rocker contando sus cuitas. Algo parecido a las últimas cosas de Lone Star e incluso de Miguel Ríos. Nutrido acompañamiento que en ningún momento abandona los cánones del género. Más íntima resulta “No podrán quitarnos nuestra música”. Un recitado con fondo pianístico para que el cantante nos cante y nos cuente a continuación la importancia que la música tiene en la vida de muchas personas con invitación incluida a unirse a su canto. Derroche vocal en balde.

Con una obligada referencia a los cuatro de Liverpool despide el álbum más personal y de los menos vendidos de toda su carrera. Arreglos discotequeros para envolver al clásico “And I love her”, que suena aceptablemente bien, pero que parece encontrarse un tanto fuera de lugar dentro del contexto del LP.

Fuente: Julián Molero - lafonoteca.net





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