lunes, 15 de julio de 2013

Lone Star (1963-2010)


Lone Star

Un muchacho, prácticamente un niño prodigio del piano clásico, es becado a finales de los 50 para ampliar estudios en Londres. Ese muchacho es Pedro Gené y tanto va a ampliar sus estudios que llegará hasta el incipiente rock and roll y los primeros pasos del rock instrumental. Cuando regresa a Barcelona en 1960, Pedro trae una guitarra eléctrica y un propósito en la cabeza: formar un grupo de rock y blues. El proyecto aún tardará en cristalizar y, además de Pedro (voz y guitarra) estarán en él, Enric Fuster (piano), Rafael de la Vega (bajo) y Enrique López (batería). Ensayan en la calle Conde de Asalto, cerca del Liceo y actúan con regularidad en locales como, el Kit Kat, La Cabaña y en el Texas. Allí, conocen a uno de los holandeses errantes que en esos momentos están desembarcando en la Ciudad Condal, el guitarrista Willy Nab, que va a completar el quinteto.

No será hasta 1963, cuando ya gozan de un cierto prestigio local, que serán fichados por EMI para una de sus divisiones españolas: La Voz de su Amo, grabando su primer EP con un número de Elvis, “Todo es parte de ti” como principal reclamo, pero con una inusitada, por aquellas fechas, muestra de rock blues titulada “My babe”. Tras ese disco, Enric Fuster dejará el grupo, que se convertirá, ya definitivamente, en cuarteto. El contrato con La Voz de su Amo incluye una clausula en la que la discográfica se reserva el derecho de elegir la mayor parte del repertorio y durante 1964 se suceden discos de poca entidad y variopinto contenido, alguno de ellos francamente mediocre. Ese año, también va a dejar el grupo Willy para regresar a su país y su puesto como guitarra solista va a ser cubierto por Joan Miró, que con el tiempo se convertirá, junto a Pedro, en el emblema de Lone Star.



A finales de 1964 van a grabar el cover español de “The house of the rising sun”, alcanzando por fin un éxito mayúsculo y vendiendo casi tantos discos como los propios The Animals. Son nº1 en Venezuela. A partir de ahí, casi se especializan en temas de este grupo y otras formaciones británicas de rhythm 'n' blues. Excelentes versiones de “Comprensión” o “Aquí en mi nube” van cimentando la fama nacional de un grupo que con su muñeco indio en primer plano se patea todo el territorio nacional.

En 1966 van a registrar su primer LP en el que tras bastantes tiras y aflojas, consiguen colocar seis canciones propias entre las que brilla “La leyenda” con la que inician su coqueteo con las músicas de procedencias eslava y oriental. En esos años de ensayos diarios y galas en los más diversos escenarios, Lone Star se ha convertido en una auténtica máquina de hacer rock. En esa época la mili de Joan hace que Alex Sánchez ocupe de forma interina la plaza de guitarrista, participando en la grabación de ese LP “Lone Star” (La Voz de su Amo, 1966). Este long play va a acabar de convencer a los responsables del sello de la necesidad de grabar canciones propias y dejarse ya de versiones. Al regreso de Joan, Lone Star comienza a dar conciertos de jazz para públicos minoritarios que asisten sorprendidos a la nueva propuesta del grupo, que, sigue también actuando como banda de rock de primera línea.

En 1968 ofrecen dos conciertos históricos, en el mítico San Carlos Club, de Barcelona, y en el Teatro Beatriz, de Madrid. El show se divide en dos partes. En la primera tocan rock and roll y rhythm' n' blues. En la segunda, Lone Star se transmuta en un grupo de cool jazz con una propuesta que recuerda en algún aspecto al Modern Jazz Quartet, con Pedro sentado al piano y Joan en el vibráfono. El espectáculo es incluido en el microprograma Festivales de España en el verano de ese año. Eso permitirá a Lone Star conseguir unos buenos beneficios y pasear sus músicas por los principales escenarios nacionales. Para contentar a todos, grabarán dos LP, uno dedicado al rock and roll más clásico y otro, al jazz.

De vuelta de tanto ajetreo, aún tendrán tiempo para hacer el mayor hit de toda su historia: “Mi calle”, una extraordinaria canción que marcará su destino y alcanzará un importante número de ventas. Al año siguiente revalidarán su éxito con “La trilogía” premiada por la SGAE como mejor canción española del año. Antes, Enrique López, su batería de siempre, dejará el grupo, entrando Luis Masdeu. Ya con él sentado tras los tambores realizan una larga gira centroeuropea, actuando en Suiza, Alemania, Austria y Francia. De ella regresarán con un album en vivo y cantado enteramente en inglés, que se publicará bajo el título “Spring 70” (EMI Odeón, 1970).


Mientras la mayor parte de sus contemporáneos se retiran de toda actividad musical, Lone Star sigue en la brecha y logra en 1970 su segundo gran hit con “Lyla”. Su calidad y su poder de adaptación les llevan a entroncar perfectamente con el hard rock y la música progresiva imperantes en ese momento. En 1972 grabarán un nuevo disco grande en todos los aspectos: “Es Largo el Camino” (Unic, 1972) y al año siguiente se despacharán con un nuevo disco en directo. Precisamente éste “¡Adelante! Rock en Vivo” (Unic, 1973) será el LP más vendido de su carrera. En el capítulo singles se apuntarán un nuevo triunfo con “My sweet Marlene”. Los viejos rockeros no mueren, pero se cansan y Rafael de la Vega va a dejar el grupo, siendo sustituido por Sebastián Sospedra, bajista que había formado parte de otro excelso grupo catalán: Los Salvajes.

Poco después, otro hombre llamado a ser histórico del rock catalán, Josep María Vilaseca -Tapi- se hace cargo de la batería. Con esta formación remozada, Lone Star ofrece el concierto más importante de su carrera, en 1974, siendo una de las primeras bandas de rock en actuar en el Palau de la Música de Barcelona, templo inviolable de la mejor música clásica.

Tras el fiasco de DIRESA, cuyo director les deja plantados sin pagarles los royalties y las ganancias del grupo, Lone Star está en un tris de desaparecer y en poco tiempo Pedro Gené queda prácticamente solo, al abandonar el grupo, primero Joan Miró y meses después Tapi y Sebastián. Pedro recurre a viejos conocidos, entrando de nuevo Alex Sánchez a la guitarra y Luis Masdeu como batería, cayendo el bajo en manos de Ricardo Acedo. La Estrella Solitaria renace y firma con el sello Phonic, con el que editarán dos nuevos long plays.

En 1978 vuelven a la actividad en plan revival los principales grupos barceloneses de los 60. Se reúnen de nuevo Los Sirex, Los Salvajes, Los Mustang, Los Gatos Negros, Los Cheyenes. Todos menos uno, Lone Star que no regresa, porque jamás se ha ido. Esa es la auténtica grandeza de una banda incombustible, fieles a su estilo y a su destino.


Todavía en 1982 realizarán un concierto memorable ante 120.000 personas en la recta de Montjuic, mano a mano con Eric Burdon, vidas paralelas que se unen en su ocaso musical. En aquella efemérides Lone Star son Pedro, Alex, Sebastián y el nuevo batería Jerónimo Martínez. En esa ocasión sonaron las canciones de su último LP “Viejo Lobo” (Auvi, 1982). Aún continuarán con distintos componentes algún tiempo más hasta disolverse. Incluso, realizarán un serio intento de regreso a mediados de los 90. Es igual, la leyenda Lone Star ya estaba escrita. Otros componentes no reseñados pasaron fugazmente por el grupo y veinte años largos dan para bastante más que un par de folios; sin embargo, quédense con la música de una de las mejores y más honestas bandas de la historia del rock español y, si desean adquirir alguno de sus discos, editados hasta la saciedad en distintos formatos y recopilaciones, háganlo sin mirar, pues cualquiera de ellos es de una calidad generalmente muy superior a la de sus contemporáneos de cualquier época. En 1996 se les rindió un multitudinario homenaje en su ciudad natal en el que participaron, entre otros, Loquillo, Manolo García, Teddy Bautista y Rosendo.

Es imposible hacer justicia en este breve espacio a una banda de esta envergadura y trayectoria. Sólo un detalle final: desde mediados de los 70, se les conoce simplemente como La Leyenda.

Fuente: Julián Molero - laFonoteca.net


Image Hosted by ImageShack.us
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...